El mundo artificial
Una pequeña reflexión del mundo tecnológico en el que habitamos
La
tecnología, en nuestros tiempos se encuentra en cada momento de nuestra vida,
desde que nos despertamos hasta el momento en que nos dormimos, desde que
nacemos y hasta nuestros últimos días de vida. Si bien, la tecnología ha
formado parte de nuestra vida desde hace ya mucho tiempo, hoy en día nuestra
relación con ésta ha crecido considerablemente, llegando al punto de que parece
imposible poder prescindir de ella, es decir, si consideramos que la mayor parte de la sociedad de
nuestro tiempo lleva consigo una máquina inteligente en su bolsillo.
Existen
diversas opiniones sobre la tecnología, algunas a favor otras en contra, estas
opiniones por lo general están dirigidas hacia el “uso” o “aplicación” de la
tecnología, dejando fuera el estudio de la tecnología en sí, es decir, las
opiniones se dirigen hacia el creador y al usuario de la tecnología. Mi
reflexión se basa principalmente en un hecho que me parece bastante interesante,
y que sin duda es consecuencia de la masiva producción
tecnológica en nuestras vidas, no pretendo llegar a un juicio a favor o en
contra, sólo quiero abrir esta reflexión para mostrar todas las problemáticas
que esto nos genera.
Por
el término tecnología entiendo el
proceso en el cual se modifica algo natural
con el fin de crear un medio para un determinado fin. Como vemos la
tecnología no sólo se remite a esos grandes y complejos aparatos que conocemos,
sino que la tecnología está en cada instrumento que ha provenido de un medio
natural y ha sido modificado con un determinado fin. En esta definición se
encuentran distintas consideraciones las cuales no pretendo desarrollar en esta
reflexión, por ejemplo, el uso de la técnica,
la idea de la tecnología como un medio
para un fin, etc... Las cuestiones que
me interesan desarrollar son dos: 1. La cuestión
de que habitamos en la tecnología, y
2. La posible creación de un mundo artificial. Comencemos por la primera
cuestión.
El
habitar en la tecnología, es un hecho que va más allá de la simple utilización
de las herramientas tecnológicas, es decir, utilizamos la tecnología durante
todo el día, pero lo realmente importante es que, incluso cuando creemos no
utilizarla estamos de cierto modo en ella, esto, definitivamente responde a una
cuestión: estamos sumergidos en un mundo "tecnologizado".
El mundo en el que habitamos, se encuentra cada vez más constituido por estructuras tecnológicas. Esto precisamente recae en lo que el filósofo alemán
Martín Heidegger decía, sobre que las cosas del mundo se nos hacen
transparentes en la cotidianidad, así ocurre con la tecnología, se nos difumina
en nuestra vida diaria. Nunca somos conscientes,
de nuestro constante uso y nuestro habitar en la tecnología, me refiero a todas
aquellas cosas que como meros útiles “utilizamos”
a diario; el colchón, las pantuflas, el despertador, la pasta dental, la
licuadora, etc…
Como
vemos, la tecnología se nos hace transparente en su practicidad, nunca somos
conscientes de que estamos injertos en este mundo tecnológico, habitando en la
tecnología. Nuestra relación con el mundo natural, o con la naturaleza en sí,
se encuentra cada vez más distanciada en nosotros, no sólo porque cada vez
menos personas disfrutan de una larga caminata por el bosque, menos personas
tienen tiempo para alejarse de su
cotidianidad, de su rutina, sino que, el mundo propiamente natural, cada vez se modifica más, perdiendo así quizá poco
a poco sus rasgos esenciales. No quiero generalizar en este punto y decir que
el mundo en su totalidad ha dejado de ser natural, sino que el propio proceso de la ciencia y la constante producción de la tecnología cada vez se
involucran más por necesidad en la modificación
de la naturaleza. El mejor ejemplo son los alimentos genéticamente modificados, la clonación o la selección artificial de las especies animales, suplantando
quizá a la selección natural. En este sentido, cómo saber que la manzana que te
comes no pasó por un proceso de modificación
artificial, insisto nuevamente, la cuestión de si esto es bueno o malo para
la salud no es tema de esta reflexión, sólo es importante destacar el punto de
los alimentos “naturales” propiamente tecnologizados,
es decir, ¿no responde esto a una construcción de un mundo artificial? Entendiendo
aquí mundo artificial como esa ruptura
con lo propiamente natural, como esa modificación,
por mínima que sea de lo que en esencia fue creado por el mundo natural.
Habitar
en un mundo artificial ha sido el tema
preferido del cine de ficción de los últimos tiempos, y en especial del cine
distópico, quizá no sólo porque el tema resulte bastante interesante, sino
porque la fuerte oleada de la tecnología en nuestras vidas, dibuja muy clara
esta posibilidad de la vida humana.
Son muy claras las
consecuencias de habitar en un mundo artificial, quizá una de las más brutales
consecuencias sería el desplazamiento
humano, la suplantación de los humanos por máquinas, o, lo que es lo mismo, la
suplantación de lo natural por lo artificial. Cuestión que ya podemos ver en nuestros días.
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